jueves, 20 de febrero de 2014

Ninja

Cuando éramos pequeños, o más pequeños, el día de la primavera se hacía un concurso de Bellas Artes en la estación de Mármol City.
Recuerdo, al menos, dos categorías.
Una era la que pintabas tu obra sobre el mismísimo asfalto, ahí, en la calle que bordea la vía, donde están los jueguitos.
La otra, pintabas sobre una ¿cartulina? y lo exponían en la vidriera de la casa de artículos para el hogar que estaba sobre Mitre.
Mi hermano, el mayor, una vez se ganó el segundo premio. Lo titularon "la locomotora del futuro".
Y él lloraba desconsoladamente.
Había pintado a Mazinger Z, no una tonta máquina ferroviaria.

Oliverio estaba feliz porque yo había tejido al Almirante Crank, el enamorado de la Reina Conformia (personaje de un dibujito que disfruta mucho)

Y yo podría haber llorado al grito de "No es ningún almirante, es un ninja".
Pero no lo hice.
Sólo le dije "¿viste qué lindo, hijo?".
A ustedes si. 
Les presento a mi ninja.




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